Gracias San Marcelino por tu entrega y misión. Por dedicar tu vida a construir escuelas para que todos los niños y niñas conozcan el amor de Jesús a través de tu propio amor.
Celebremos este día con la alegría de sentirnos juntos, siguiendo a María, nuestra buena y tierna madre, como Marcelino lo hizo.
¡Qué lindo ser parte de la familia Marista!
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